Cada 28 de Diciembre se recuerda
la matanza que ordenó el rey
Herodes en Belén, para acabar con todos
los niños menores de dos años y
así liquidar al futuro Rey de Israel.
La
tradición popular lo ha convertido también en día de bromas, y la Iglesia
aprovecha esta jornada para rezar por todos los niños asesinados inocentemente
antes de nacer, en una "Eucaristía por la vida". Hoy celebramos la
fiesta de los Niños Inocentes que mandó matar el cruel Herodes. Nos cuenta el
evangelio de San Mateo que unos Magos llegaron a Jerusalén preguntando dónde
había nacido el futuro rey de Israel, pues habían visto aparecer su estrella en
el oriente, y recordaban la profecía del Antiguo Testamento que decía: "Cuando
aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que
reinará sobre todas las naciones" (Números 24, 17) y por eso se
habían venido de sus lejanas tierras a adorar al recién nacido.
Dice
San Mateo que Herodes se asustó mucho con esta noticia y la ciudad de Jerusalén
se conmovió ante el anuncio tan importante de que ahora sí había nacido el rey
que iba a gobernar el mundo entero. Herodes era tan terriblemente celoso contra
cualquiera que quisiera reemplazarlo en el puesto de gobernante del país que
había asesinado a dos de sus esposas y asesinó también a varios de sus hijos, porque
tenía temor de que pudieran tratar de reemplazarlo por otro. Llevaba
muchos años gobernando de la manera más cruel y feroz, y estaba resuelto a
mandar matar a todo el que pretendiera ser rey de Israel.
Por
eso la noticia de que acababa de nacer un niñito que iba a ser rey
poderosísimo, lo llenó de temor y dispuso tomar medidas para precaverse. Herodes
mandó llamar a los especialistas en Biblia (a los Sumos Sacerdotes y a los
escribas) y les preguntó en qué sitio exacto tenía que nacer el rey de Israel
que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: "Tiene que ser en
Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: "Y tú,
Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe
que será el pastor de mi pueblo de Israel" (Miq. 5, 1).
Entonces
Herodes se propuso averiguar bien exactamente dónde estaba el niño, para
después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo todo lo contrario,
les dijo a los Magos: - "Vayan y se informan bien acerca de ese niño,
y cuando lo encuentren vienen y me informan, para ir yo también a
adorarlo". Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les
apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al
Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le
ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
Y sucedió
que en sueños recibieron un aviso de Dios de que no volvieran a Jerusalén y
regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin
saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo.
Entonces
rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y mandó a sus soldados a que
mataran a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y sus
alrededores. Ya podemos imaginar la terribilísima angustia para los papás de
los niños al ver que a sus casas llegaban los herodianos y ante sus ojos
asesinaban a su hijo tan querido. Con razón el emperador César Augusto decía
con burla que ante Herodes era más peligroso ser Hijo (Huios) que cerdo (Hus),
porque a los hijos los mataba sin compasión, en cambio a los cerdos no, porque
entre los judíos esta prohibido comer carne de ese animal.
San
Mateo dice que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías:
"Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de
Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no
existen" (Jer. 31, 15). Como el hombre propone y Dios dispone,
sucedió que un ángel vino la noche anterior y avisó a José para que saliera
huyendo hacia Egipto, y así cuando llegaron los asesinos, ya no pudieron
encontrar al niño que buscaban para matar. Y aquellos 30 niños inocentes,
volaron al cielo a recibir el premio de las almas que no tienen mancha y a orar
por sus afligidos padres y pedir para ellos bendiciones. Y que rueguen también
por nosotros, pobres y manchados que no somos nada inocentes sino muy
necesitados del perdón de Dios.
Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el
ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo:
"Levántate, toma al niño y a su madre, y huye
a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al
niño para matarlo". José se levantó, y esa misma noche tomó al niño y a su
madre y partió a Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se
cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso
furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de
dos años. Conforme a la fecha que los magos le habían indicado. Así se
cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito,
se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que
la consuelen, porque ya están muertos.
Día de bromas
¿Pero
por qué este día se ha transformado en el elegido para hacer bromas? Se supone
que este día se escogió como la jornada tradicional para efectuar bromas a
seres que, como aquellos niños inocentes, no saben ni entienden lo que les
sucede. Y es que ese día de duelo se mantuvo para los creyentes de la fe
católica. Sin embargo, la Edad Media se encargó de combinar este rito con otro
más pagano conocido como la "Fiesta de los locos", celebrado en
los días comprendidos entre Navidad y Año Nuevo.
Se
dice que estas fiestas eran tan escandalosas, que la Iglesia en su afán por
calmar las excentricidades de sus participantes, decretó que se celebrara el
día de los Santos Inocentes. Se inició de esa forma la unión pagano-religiosa
de estas fiestas, donde se juegan bromas de todo tipo a los más descuidados
(ver recuadro). Dicha fusión de historia, religión y paganismo originó a su vez
una serie de celebraciones en varias regiones del mundo, que incluyen
disfraces, música típica y la congregación de las comunidades para participar.
EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólogo y Vidente
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