21 de Noviembre: Día de la presentación de la Virgen María en el templo - Cartas Egipcias

jueves, 15 de noviembre de 2018

21 de Noviembre: Día de la presentación de la Virgen María en el templo


Honramos hoy la Presentación
en el Templo de aquella
Niña de bendición. 


Los orígenes de esta fiesta hay que buscarlos en una piadosa tradición que surge en el escrito apócrifo llamado el «Protoevangelio de Santiago».  Según este documento la Virgen María fue llevada a la edad de tres años por sus padres San Joaquín y Santa Ana. Allí, junto a otras doncellas y piadosas mujeres, fue instruida cuidadosamente respecto la fe de sus padres y  sobre los deberes para con Dios. 
Históricamente, el origen de esta fiesta fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén, en el año 543.

Todo eso se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI, y hasta habla de ello el emperador Miguel Comeno en una Constitución de 1166. Un gentil hombre francés, canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón en 1372, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia. 

Sobre la presentación de María en el Templo…
Al llegar la niña a los tres años, dijo Joaquín: «Llamad a las doncellas hebreas que están sin mancilla y que tomen sendas candelas encendidas (para que la acompañen), no sea que la niña se vuelva atrás y su corazón sea cautivado por alguna cosa fuera del templo de Dios.» Y así lo hicieron mientras iban subiendo al templo de Dios. Y la recibió el sacerdote, quien, después de haberla besado, la bendijo y exclamó: «El Señor ha engrandecido tu nombre por todas las generaciones, pues al fin de los tiempos manifestará en ti su redención a los hijos de Israel.» Entonces la hizo sentar sobre la tercera grada del altar.

El Señor derramó gracia sobre la niña, quien danzó, haciéndose querer de toda la casa de Israel. Bajaron sus padres, llenos de admiración, alabando al Señor Dios porque la niña no se había vuelto atrás. Y María permaneció en el templo como una paloma, recibiendo alimento de manos de un ángel. Presentación de maría o de la virgen, o consagración de la virgen maría, son denominaciones de una festividad litúrgica cristiana (21 de noviembre, particularmente importante en oriente, al ser una de las "doce fiestas" que marcan el año litúrgico), basada en un episodio de los evangelios apócrifos y la vida de maría de Epifanio el monje; y un tema artístico relativamente frecuente en el arte cristiano.

El origen de la piadosa tradición surge del llamado protoevangelio de Santiago, según el cual la virgen maría fue llevada a la edad de tres años por sus padres, san Joaquín y santa Ana, al templo de Jerusalén, junto a otras doncellas. Se describe la entrada de las niñas en el templo, portando lámparas, y la particular recepción de maría por el gran sacerdote (denominado Yodae o Baraquías en la vida de la virgen de Epifanio el monje), que profetiza su misión en la redención y la sitúa en un lugar de privilegio ("la tercera grada del altar"), donde la niña baila.

La estancia de maría en el templo, que se describe como un hecho milagroso (su alimentación "como una paloma" por un ángel -prefiguración de la escena de la anunciación-), se inicia en un momento distinto en la narración de Epifanio ("regresaron a Nazaret y, cuando la niña tuvo siete años, de nuevo sus padres la condujeron a Jerusalén y la ofrecieron al señor, consagrada para todos los días de su vida"), pero en cualquier caso se prolonga hasta los doce años; momento en el que, para evitar la contaminación que supondría la presencia de una mujer, el gran sacerdote, a quien se en esta ocasión se nombra como Zacarías (identificado como hijo de Baraquías en el texto de Epifanio), convoca un concurso para decidir con quién se casará, lo que ya constituye otro episodio evangélico (los desposorios de la virgen).

1. Y los meses se sucedían para la niña. Y, cuando llegó a la edad de dos años, Joaquín dijo: llevémosla al templo del señor, para cumplir la promesa que le hemos hecho, no sea que nos la reclame, y rechace nuestra ofrenda. Y Ana respondió: esperemos al tercer año, a fin de que la niña no nos eche de menos. Y Joaquín repuso: esperemos.

2. Y, cuando la niña llegó a la edad de tres años, Joaquín dijo: llamad a las hijas de los hebreos que estén sin mancilla, y que tome cada cual una lámpara, y que estas lámparas se enciendan, para que la niña no vuelva atrás, y para que su corazón no se fije en nada que esté fuera del templo del señor. Y ellas hicieron lo que se les mandaba, hasta el momento en que subieron al templo del señor. Y el gran sacerdote recibió a la niña, y, abrazándola, la bendijo, y exclamó: el señor ha glorificado tu nombre en todas las generaciones. Y en ti, hasta el último día, el señor hará ver la redención por él concedida a los hijos de Israel.

3. E hizo sentarse a la niña en la tercera grada del altar, y el señor envió su gracia sobre ella, y ella danzó sobre sus pies y toda la casa de Israel la amó.

4. Y sus padres salieron del templo llenos de admiración, y glorificando al omnipotente, porque la niña no se había vuelto atrás. Y maría permaneció en el templo del señor, nutriéndose como una paloma, y recibía su alimento de manos de un ángel.

5. Y, cuando llegó a la edad de doce años, los sacerdotes se congregaron, y dijeron: he aquí que maría ha llegado a la edad de doce años en el templo del señor. ¿Qué medida tomaremos con ella, para que no mancille el santuario? Y dijeron al gran sacerdote: tú, que estás encargado del altar, entra y ruega por maría, y hagamos lo que te revele el señor.

6. Y el gran sacerdote, poniéndose su traje de doce campanillas, entró en el santo de los santos, y rogó por maría. Y he aquí que un ángel del señor se le apareció, diciéndole: Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los viudos del pueblo, y que éstos vengan cada cual con una vara, y aquel a quien el señor envíe un prodigio, de aquel será maría la esposa. Y los heraldos salieron, y recorrieron todo el país de Judea, y la trompeta del señor resonó, y todos los viudos acudieron a su llamada.

El origen de la festividad fue la dedicación de la iglesia de Santa María la nueva de Jerusalén, en el año 543; conmemorada en oriente desde el siglo vi, de lo que hay referencias en una constitución de un emperador comneno.5 un gentilhombre francés, canciller en la corte del rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón en 1372, en calidad de embajador ante el papa Gregorio xi, describió la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. Se introdujo entonces en la ciudad papal; posteriormente Sixto v la impuso en todo occidente.


ORACIÓN I
Oh Dios, que quisiste que en este día fuese presentada
en el templo la Santísima Virgen María,
morada del Espíritu Santo:
suplicándosete por su intercesión
nos concedas merecer ser presentados en el templo de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.


ORACION II
Santa Madre María Madre de Dios,
tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo,
aceptando desde una libertad poseída el servirle plenamente
como templo inmaculado, tú que confiando en tus santos padres,
San Joaquín y Santa Ana,

respondiste con una obediencia amorosa al llamado de Dios Padre,
tú que ya desde ese momento en el que tus padres
te presentaron en el Templo percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor; enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo, anunciándolo en cada momento de nuestra vida desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.
Amén.


EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólogo y Vidente
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