22 de Mayo: Día de Santa Rita de Casia: Patrona de lo Imposible - Cartas Egipcias

viernes, 18 de mayo de 2018

22 de Mayo: Día de Santa Rita de Casia: Patrona de lo Imposible

El día 22 de mayo, se conmemora la celebración de Santa Rita de Casia, patrona de las causas imposibles y de los problemas maritales. Es considerada una de las Santas más importantes y veneradas por la Religión Católica, su patronazgo se debe a sus impresionantes respuestas a las oraciones, como también por los notables sucedes de su propia vida. Su nombre verdadero es Margherita Lotti, nace en 1381 en Italia. Su casa natal quedaba cerca del pueblito de Casia, a 40 millas de Asís, en la Umbría, región del centro italiano. Aquella época era de guerras, terremotos, conquistas, invasiones, rebeliones y corrupción.

Sus devotos padres, Antonio Mancini y Amata Ferri, eran analfabetos y conocidos como los “pacificadores de Jesucristo” porque los llamaban para que apacigüen las peleas entre vecinos. Ellos le enseñaron a Rita todo sobre el Señor, la Virgen y los santos más conocidos. Santa Rita nunca fue a la escuela, pero Dios le concedió la gracia de leer milagrosamente. Quiso ser religiosa toda su vida, pero sus padres, ya en edad avanzada, le escogieron un esposo, Paolo Ferdinando, y ella aceptó en obediencia. Su esposo demostró ser un bebedor, mujeriego y maltratador, pero Santa Rita se mantuvo fiel y en oración. Tuvieron dos gemelos que sacaron el mismo temperamento del papá. Tras 20 años de casados, el esposo se convirtió, Rita lo perdonó y juntos se acercaron más a la vida de fe.

Antes de su conversión, el esposo tenía malas juntas. Una noche, él no llegó a casa y Santa Rita sabía que algo había pasado. Al día siguiente fue encontrado asesinado. Los hijos juraron vengar la muerte de su padre y la pena de Santa Rita aumentó más. Ni sus súplicas los hacían desistir. La afligida mamá rogó al Señor que salvara las almas de sus hijos y que tomara sus vidas antes de que se condenaran por la eternidad con un pecado mortal. Ambos contrajeron una terrible enfermedad y antes de morir perdonaron a los asesinos. Más adelante, la Santa quiso ingresar con las hermanas agustinas, pero no se la hicieron fácil porque no querían una mujer que había estado casada y por la sombría muerte de su esposo. Ella se puso en oración y cierta noche se produjo un milagro. Mientras dormía oyó que la llamaban tres veces por su nombre. Abrió la puerta y se encontró con San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista, de quien ella era muy devota. Ellos le piden que los siga y después de recorrer las calles de Roccaporena, en el pico del Scoglio, donde ella acostumbraba orar, sintió que la elevaban en el aire y la empujaban suavemente hacia Casia.

Después se encontró arriba del Monasterio de Santa María Magdalena, allí cayó en éxtasis y cuando volvió en sí estaba dentro del Monasterio. Las monjas agustinas ya no pudieron negarle más el ingresar a la comunidad. Hizo su profesión religiosa ese mismo año, 1417 y allí vivió 40 años de consagración. Fue puesta a prueba con duras pruebas por las superioras. Como obediencia le ordenaron regar todos los días una planta muerta. La planta llegó a ser una vid floreciente que dio uvas que sirvieron para el vino sacramental. En la cuaresma de 1443, fue a Casia un predicador que habló sobre la Pasión del Señor. La reflexión tocó mucho a Santa Rita y a su retorno al monasterio pidió al Señor participar de sus sufrimientos en la cruz. Recibió estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza. A diferencia de otros santos con este don, las llagas en ella olían a podrido y tuvo que vivir alejada de sus hermanas y la gente por muchos años.

Cuando quiso ir a Roma por el primer Año Santo, Jesús le quitó la estigma que tenía en su cabeza mientras duró la peregrinación. Al regresar a casa, volvió a aparecer la estigma y tuvo que aislarse nuevamente. Los últimos años de su vida sufrió una grave y dolorosa enfermedad que la tuvo inmóvil sobre su cama de paja por cuatro años. En este tiempo le mostraron una rosas que brotaron prodigiosamente en su huertecito de Roccaporena y en pleno frío invernal. Ella aceptó sonriente este signo como don de Dios. Santa Rita falleció un Mayo 22, 1457 a la edad de 76 años. La gente se agolpó al convento a pagar sus últimos respetos. Innumerables milagros tuvieron lugar a través de su intercesión, y la devoción hacia ella se extendió a lo largo y a lo ancho. El cuerpo de Santa Rita fue conservado perfecto por varios siglos, y a veces daba una fragancia dulce. En la ceremonia de beatificación, el cuerpo de la Santa se elevó y abrió sus ojos. 

Dios ha escuchado las oraciones de Santa Rita por otros en innumerables ocasiones, y ciertamente ella estará feliz de anteceder una vez más, a nombre de aquellos que le ruegan a ella ahora - para continuar percibiendo la verdad de su gran nombre.

La herida de espina en su frente desapareció y en su lugar apareció una mancha roja como un rubí, que tenía deliciosa fragancia. Fue velada en la Iglesia por la gran cantidad de gente que fue a rendirle honores. Nunca la enterraron, su ataúd de madera fue reemplazado por uno de cristal y su cuerpo permanece incorrupto. El Papa León XIII la canonizó en 1900.

Oración:
Santa de lo Imposible. Oh Santa Patrona de los necesitados, Santa Rita, cuyas plegarias ante el Divino Señor son casi irresistibles, quien por la generosidad en otorgar favores has sido llamada Mediadora de los sin esperanza e incluso de lo Imposible; Santa Rita, tan humilde, tan pura, tan mortificada, tan paciente y de tan compasionado amor por Jesús Crucificado que podrías obtener de El cualquier cosa que le pidas. A cuenta de esto recurrimos confiados a ti, esperando, si no siempre alivio, al menos consuelo. Se favorable a nuestra petición, mostrando el poder de Dios a nombre de este/a suplicante, se generosa con nosotros, como lo has sido en tantos casos maravillosos, para la más grande gloria de Dios, por la divulgación de tu propia devoción, y por el consuelo de aquellos que confían en ti. Prometemos, si nuestra petición es concedida, glorificar tu nombre, informando del favor concedido, para bendecir y cantar tus alabanzas por siempre. Confiando entonces en los méritos y poder ante el Sagrado Corazón de Jesús, te rogamos:
(Mencione ahora su petición)
Obtén para nosotros nuestra petición
Por los singulares méritos de tu infancia,
Por la perfecta unión con la Divina Voluntad,
Por los heroicos sufrimientos durante tu vida de casada,
Por el consuelo que experimentaste con la conversión de tu esposo,
Por el sacrificio de tus niños antes de verlos ofender gravemente a Dios,
Por tu milagrosa entrada al Convento,
Por las austeras penitencias y las sangrientas ofrendas tres veces al día.
Por el sufrimiento causado por la herida que recibiste con la espina del Salvador Crucificado;
Por el amor divino que consumió tu corazón,
Por la notable devoción al Sagrado Sacramento, con el cual exististe por cuatro años,
Por la felicidad con la cual partiste de tus pruebas para reunirte con el Divino Esposo,
Por el ejemplo perfecto que diste a la gente de cada estado de vida.

Oh Dios, Quien en tu infinita ternura has sido bondadoso para escuchar la plegaria de Tu sierva, Santa Rita, y otorgas a su súplica lo que es imposible a la vista, conocimiento y esfuerzos, en recompensa de su compasionado amor y firme confianza en Tu promesa, ten piedad en nuestra adversidad y socórrenos en nuestras calamidades, que él no creyente pueda saber que Tu eres la recompensa del humilde, la defensa de los sin esperanza, y la fuerza de aquellos que confían en Ti, a través de Jesucristo, nuestro Señor. Amén

Ruega por nosotros, O Sagrada Santa Rita, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrologo y Vidente
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