Ser Positivo en Tiempos Difíciles - Cartas Egipcias

viernes, 11 de mayo de 2018

Ser Positivo en Tiempos Difíciles





Vivimos tiempos complicados, difíciles, tiempos en los que debemos saber manejar nuestras emociones y acciones para evitar que la propia agonía de lo que ocurre en nuestro entorno, no nos agobie. El reto al que todos nos enfrentamos en estos momentos es al no sucumbir ante el dolor y la tristeza de lo que ocurre en nuestro camino, porque al hacer eso, nos estaríamos entregando en cuerpo y alma a algo que hace daño y que destruye. Por esa razón debemos ser fuertes, mantenernos de pie y no dejarnos derrumbar por lo que sucede en el camino, y ser fuertes ante la adversidad porque solo de esa manera podremos estar en perfecta armonía y tranquilidad para sobrevivir a lo que día a día vivimos.

La complejidad que día a día vivimos, nos lleva a experimentar momentos de cambios y gran intensidad. Cada suceso nos lleva a replantearnos una y otra vez, nuestra fe, esperanza y convicción de que todo será mejor. Cuando nos enfrentamos a situaciones tensas, nos enfrentamos a una reafirmación de nuestra propia capacidad para entender y comprender el verdadero sentido de fe y esperanza. Entender a rasgos generales, todo esto, nos podría tomar un buen tiempo, ya que la difícil complejidad, con la que se maneja nuestra esencia con respecto a todo lo que nos rodea, nos podría llevar a cuestionarnos, nuestra propia fe y nuestra propia forma de aceptar e incluso, adaptarnos a lo que nos sucede en el día a día.

Los tiempos difíciles, sirven para reafirmarnos, una y otra vez, cuan capaces podemos llegar a ser, para afrontar cada suceso que se nos presenta, pero sobretodo, para hacernos reforzar la fe, o perderla. A razón de ello, quiero tomar de ejemplo lo que sucede en Venezuela, para comprender la complejidad de todo lo que deseo explicarles y que de algún modo nos servirá para ver, desde otra perspectiva la realidad de todo lo que vivimos como nación y como seres humos que somos.

Como sabemos, el proceso que vive Venezuela, es algo que viene desde hace un buen tiempo. Ha sido un proceso difícil en donde muchos hemos ido aprendiendo a ser más fuertes o incluso, a ser más débiles y entregarnos a la oscuridad, pero lo cierto de todo, es que hemos ido aprendiendo de todo lo que vivimos. Lo cierto es que, el proceso ha sido intenso, complicado, en donde nos han fortalecido, o donde nos han debilitado y eso ha sido realmente complicado de definir, porque a pesar de todo lo que hemos vivido, no sabemos bien si la tendencia ha sido más a fortalecernos o a debilitarnos.

Sucede que, cuando nos enfrentamos a situaciones tan difíciles y complicadas como las que vivimos en el país, todos nosotros día a día nos replanteamos la fe y la esperanza. Establecemos una profunda lucha por ser positivos o por resignarnos a que nada va a cambiar, he ahí el dilema de todo. Muchos hemos aprendido a ser fuertes, a fortalecernos a pesar de la crisis, a ser una mejor versión de nosotros mismos y hemos tratado de mantenernos en positivo para seguir alimentando una luz que parece, quisieran apagar, aniquilar, destruir. En cambio, otros parecen que se han entregado al olvido, han perdido las esperanzas, la fe y sienten que a pesar de que hagan miles y miles de cosas, nada funcionará. Muchos se han resignado y han perdido la poca fe y la esperanza que les quedaba. Es ahí en donde entramos en una lucha difícil y complicada en donde no sabemos realmente que hacer o qué pensar.

Ser positivos en tiempos difíciles…

Cuando nos enfrentamos a situaciones tensas, y complicadas, nos enfrentamos a una lucha complicada en donde no sabemos qué lado alimentar, si el lado de la fe esperanzadora o de la resignación perpetua. No sabemos si ser positivos, o dejar que la negatividad nos termine agobiando. Y esa es la verdadera lucha que viven todos aquellos que pasan por situaciones difíciles, mejor ejemplo de ello, tenemos a Venezuela y los venezolanos, que viven en esa lucha constante he intensa. No saben si resignarse a que nada cambiará, o seguir con su figura esperanzadora de que todo cambiará.

Lo complejo aquí no es la forma de alimentar cada lado, sino al contrario, darnos cuenta cual es el lado que de verdad necesitamos alimentar. Es ahí en donde debemos trabajar para ser una mejor versión de sí mismos. Es ahí en donde el reto se hace más complicado he intenso y nos lleva a experimentar cosas que son realmente difíciles para nosotros y para quienes nos rodean. Porque es preciso medir nuestra paciencia y nuestra capacidad de aguante ante situaciones que de verdad son difíciles y que por distintas razones nos ha llevado a tomar cosas distintas y cambiantes en nuestro camino.

Cuando nos enfrentamos a esto, nos cuestionamos muchos. Comenzamos a sentir la necesidad de refugiarnos en algo para sentir que pronto salimos de eso, y nos escudamos en la fe y la esperanza, para sentir de algún modo, que en medio de los sucesos complacidos, estaremos bien en el transcurrir del tiempo. Pero basado en esa idea de que todo irá mejorando en el camino y al ver que nada sucede, entramos en un estado de desolación, miedo, angustia y mucha tristeza, en donde muchos puntos convergen y nos hacen repensar muchas cosas, e incluso nos lleva a replantearnos muchas preguntas como:

¿Realmente las cosas cambiaran?
¿Cuánto más debo esperar o aguantar para que todo mejore?

Preguntas como estas y otras tantas rondan nuestra cabeza cuando nos enfrentamos a situaciones tan complicadas como las que ahora vive Venezuela y que tomamos como referencia. Así que debemos ser conscientes de cuan fuerte es nuestra fe y nuestra esperanza. Pero efectivamente, no podemos juzgar a aquellos quienes han vivido situaciones difíciles y que a lo largo de su experiencia perdieron la fe y la esperanza y se resignaron ante la adversidad y se entregaron ante la oscuridad.

Alimentar lo positivo es difícil, mantenerlo siempre en alto, también suele ser complicado, pero lo importante es saber manejar eso, para que nos podamos enfrentar con disciplina y determinación ante los sucesos que día a día podemos vivir. Somos seres fuertes, cargados de energía, que siempre debemos alimentar con fuerza alguna parte de nuestro ser, ya sea el lado bueno o malo. La esencia de esa fuerza recae en confiar y creer en nosotros mismos y sobretodo, en saber manejar muy bien que todo, a pesar de lo difícil que puede ser, nos sirva de experiencia para crecer, evolucionar y ser una mejor versión mejor de nosotros mismos.

Cultivar el lado positivo en tiempos de crisis es complicado, pero debemos mantener la fe, la fortaleza y la esperanza de que todo será mejor. En esa triada recae la esencia de mantenernos de pie y de no entregarnos a la oscuridad que nos pueda robar los sueños y quitar la vida, por eso es mejor que seamos fuertes y nos enfrentemos a las cosas con fortaleza, talante y sobretodo mucho carácter. Dejar los miedos y las inseguridades que fácilmente podría llevarnos a resignarnos porque al adoptar la resignación como medio para sobrevivir, estaremos muriendo en vida y no sentiremos atrapado en las formas y no podremos resurgir en esencia como realmente lo deseamos y lo queremos.

Ser positivo en estos momentos es de valientes, perder la fe, no es de cobardes, pero es mejor mantenerse de pie, seguir luchando que entregarse al olvido y perder la noción del tiempo mientras que los sucesos se desarrollan. Es momento de dejar que nuestra esencia se manifieste, que nuestra luz se eleve, debemos entender que Dios, el Universo o la energía que rige el mundo, no hubiese puesto esa prueba sin haber entregado antes, las herramientas necesarias para salir adelante, por eso no es bueno entregarnos a la resignación, sino que debemos alimentar y avivar el fuego de la fe, que nos haga fuertes para luchar ante el problema y los sucesos que se puedan presentar en nuestro camino.

Vivimos experiencias negativas para aprender, para fortalecer y para medir nuestra capacidad de supervivencia y determinación en cuanto a las cosas que se puedan presentar en el camino. Seamos fuertes y no dejemos que la luz de la fe y la esperanza se apaguen. Entreguemos nuestra mente y cuerpo a las energías positivas, a la luz y aniquilemos la oscuridad en todo momento, porque solo de esa manera podremos alimentar nuestra vida y nuestra esencia de luz, que nos permita crecer, evolucionar y afrontarnos con mucha fortaleza a las situaciones difíciles en todo momento.

Seamos fuertes, y no nos dejemos vencer, ya que eso no ayuda en nada. Alimentemos lo positivo y veremos como las cosas serán las cosas en nuestro camino. Que nadie pierda la fe, porque los tiempos difíciles pasarán y nuestra fe, esperanza y convicción, serán fundamental en los procesos de cambios que nos ayudarán a crecer en todo momento.


EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólgo y Vidente
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