Cada cuerpo celeste en el sistema
ocupa un espacio único. Nosotros estamos aquí en la tercera esfera del sistema
que gira en torno al sol y todo esto, nos recuerda a una cosa esencial, nuestra
esencia es una con todo el cosmos. Por ello, el estudio de la astrología se ha
convertido en esa disciplina que establece esa conexión equilibrada sobre lo
que sucede ahí arriba y cómo esto podría influenciarnos en una única unidad de
vida. Para nadie es un secreto, que la Humanidad, desde que se formó,
siempre ha perseguido gobernar el tiempo, quiere tener un conocimiento amplio
sobre lo que sucede de manera cronológica, no queremos que nada se nos escape,
buscamos la manera de trabajar ese dominio a través de los conocimientos
astrológicos y que incluso, van más allá de eso. Estamos enfrentados a una
lucha tecnológica que muy poco nos deja ver el verdadero rumbo cósmico que ha
de tomar o mejor dicho, está tomando la humanidad. Hemos perdido por completo la
noción del tiempo cósmico.
Teniendo en cuenta la premisa del
kybalion:
‘como es arriba, es abajo’, en donde las fuerzas de los tres planos,
físico, mental y espiritual se manifiesta, encontramos, pues, una relación en
donde, los sistemas están contenidos dentro de sistemas. Ahí recae la afirmación
de que, nosotros, es decir, este sistema, se encuentra girando alrededor de un Sol Central, el cual es llamado Alcyone, de
la Constelación de la Pléyades, como los egipcios y mayas consideraban, también
tendremos un Ciclo Zodiacal de 12
sectores de 2160 años, con una duración total de 25.920 años. Todo esto
recae en la teoría de que la acción de las fuerzas gravitacionales del Sol y la
Luna sobre la Tierra provoca que el eje polar se balancee hacia atrás a través
de los signos del zodíaco. Este fenómeno el cual es conocido
técnicamente como Precesión de los equinoccios, es responsable del así
llamado Gran Año, o Año Sideral, cuya duración es de unos 27mil años, tiempo en
el que tarda el eje en realizar una rotación completa sobre sí mismo.
Ahora bien, en el campo de la
astrología, se denomina era al período durante el cual el eje magnético está
orientado hacia un determinado signo. Considerando que son 27mil años
divididos en 12 signos, tenemos que cada era dura alrededor de 2000 a 2250
años. Cabe destacar que, el signo hacia el cual el eje polar está orientado,
determina el influjo que caracteriza a la humanidad de manera arquetípica y
energéticamente con las cualidades de ese signo, lo cual provoca una evolución
y transformación importante en el devenir de la humanidad. El propósito de la
evolución humana, es la integración consciente de los diferentes aspectos del
ser. Es decir, el reconocimiento, aceptación e integración de las dos
polaridades como un todo. Esto produce un sentimiento de unidad y
plenitud.
Sí observamos la imagen del
Zodiaco con detenimiento, veremos que, el Punto Vernal (PV) marca el equinoccio
de primavera del momento actual, desplazándose 1º cada 72 años en sentido
retrógrado, a lo largo del circulo de la eclíptica, por esa misa razón, los
signos que marcan El Gran Año o Era, siempre irán de retroceso. Para el
campo de la astrología sideral, el año inicia alrededor del 21 de marzo en el
equinoccio de primavera, debido a la precesión del eje terrestre la figura
aparente o constelación que se ve desde la tierra como fondo del punto vernal
se mueve en la misma medida. Cuando se establece la astrología como una
disciplina que se encarga de estudiar la energía de los cuerpos
celeste, se dice que el punto vernal tenía como fondo a la
constelación de Aries, de aquí que el punto vernal se conozca también
como punto Aries, mientras que al equinoccio de otoño para el hemisferio norte
se le conoce como punto Libra, es decir, la constelación diametralmente opuesta
a Aries.
Es fundamental tener en cuenta
que cada
30° de arco le corresponde una de las 12 constelaciones tradicionales
del zodiaco, así cuando se definió la astrología como una disciplina, se dice
que acontecía la Era de Aries, actualmente el punto vernal transita sobre
Piscis, por lo que se dice que estamos en la Era de Piscis, y la siguiente era
relativamente cercana es la de Acuario a la que entraríamos alrededor del
año 2148. Pero en este punto muchas teorías convergen
considerablemente, lo cierto es que muchos astrólogos e investigadores del tema
no
terminan de establecer un cambio preciso y concreto sobre el cambio de
Era, unos consideran que ya dejamos la Era de Piscis y nos encontramos en la
Era de Acuario, otros consideran que aún seguimos estancados en la Era de
Piscis, mientras que otros, incluso, dan fechas exactas del cambio de era.
Lo cierto de todo, es que, la
definición del cambio de era, no se dará por cuestiones precisas, a nivel de
astronomía y matemática, si bien, todo visto desde la tierra, nos muestra que
la figura de Piscis es la que está surcando el Sol durante este Gran Año Sideral,
no nos costaría mucho pensar en lo que representa a nivel de energía y
transformación, lo que esto supone para nosotros. Solo basta con observar lo
que sucede en el mundo y establecer las relaciones que, a través del
conocimiento podremos lograr y de ahí, podríamos sacar nuestras propias
conclusiones.
Ahora bien, es preciso tener en
cuenta, que las teorías del inicio y fin de las eras son en gran parte
inexactas, pero que de alguna u otra manera guardan estrecha relación con lo
que sucede. Por lo pronto, tomaremos lo que mi experiencia e investigación me
ha ido arrojando, basándome en teorías de distintos autores y demás, para de
ese modo poder establecer un orden cronológico que nos permita entender lo
que ha sucedido estos últimos años.
Era de Virgo: Inicio hacia el año
12.000 y finalizó en el año 10.000 a.C.
este era la caracterizó el auge y la caída de Atlántida y Lemuria, las dos
grandes civilizaciones del momento. Se dice que este período estuvo marcado
por el perfeccionamiento tecnológico, la figura de Virgo que es un
signo de tierra, pragmático, eficiente, perfeccionista nos recuerda a ambas
civilizaciones, el hundimiento de Atlántida y la desaparición de Lemuria como
supuesto continente. Todo esto provocó la polarización que llevó a la
separación del aspecto pisciano, espiritual del hombre. Desde un punto de vista
energético, Virgo está preso dentro de las formas y para salir de allí debe
transformarse en otra cosa y de hecho para convertirse en otra cosa esa
forma debe morir por completo.
Por ello muere, se desaparecen,
se esfuma para dar paso a lo nuevo. Incluso se dice que Virgo se encontraba en
oposición a Piscis, conformando de esa manera la lucha interna por resaltar y a
la vez olvidarnos de lo realmente importante, el orgullo se infló y el
conocimiento, fundamento importante de Virgo, llevó a gran parte de la
civilización a autodestruirse. Solo unos pocos, lograron escapar del
gran cataclismo ocurrido y fueron ocupando ciertos lugares en donde, se
establecieron como colonias atlantes y que se convertiría en culturas como la
egipcia, la sudamericana entre otras.
Era de Leo: Inició en el año 10.000
y finalizo más o menos en el año 8.000 a.C.,
en esta época surge la imagen del hombre primitivo, con su figura, importante,
resalta la esencia de este signo, que se manifiesta como un niño con pocos años
de vida que está descubriendo el mundo que le rodea, está explorando sus
posibilidades y está definiendo su identidad como ser viviente. Se desarrolla
su fuerza y su voluntad. Se encontraba en oposición con Acuario, dotando una
energía de supervivencia pero a la vez de aprendizaje, el ensayo y el error,
llevando a establecer el nacimiento de una humanidad que al principio era
egocéntrica e infantil. Los hombres eran nómadas, en donde su único objetivo era sobrevivir
y con su desconexión total del sentido de humanidad, particularidad propia de
la polaridad acuariana, lo llevó a que se estableciera en los lugares en donde
tenía lo realmente necesario para seguir de pie, dando paso a la nueva era.
Incluso, en este momento, el hombre occidental empieza a tener mejor dominio
del fuego.
Era de Cáncer: Inició en el año 8000
y finalizó en el año 6000 a.C.,
se caracterizó por los primeros asentamientos sedentarios. Se establecen las sociedades
matriarcales con el culto a la feminidad y de la adoración mística de
la mujer como procreadora de la vida. En oposición a Cáncer se encontraba
Capricornio que se relaciona con la veneración a los ancianos, la construcción
de viviendas, la agricultura. Cáncer proporcionó el sentido de familia,
clan, protección. Aparecen los primeros pueblos y núcleos con
identificación grupal. Faltó en cambio la consciencia social y sentido de
propósito ulterior, ambición y responsabilidad humanitaria propio de
capricornio, su polaridad.
Era de Géminis: Inició en el año 6000
hasta más o menos en el años 4000 a.C.,
se caracterizó por el máximo desarrollo de sus capacidades intelectuales,
llevándolo a adquirir conocimientos arquitectónicos, astrológicos
y culturales que surgen en Mesopotamia, Egipto y Oriente. Surge la
rueda, sistemas de transporte, los primeros sistemas de escritura. Sagitario
era la constelación opuesta a Géminis y eso dio pie para el surgimiento de la
filosofía y de los ideales del ser humano, en donde la comunicación y el
conocimiento fueron parte fundamental. Empezamos a indagar la otra
parte de las cosas. Por un lado Egipto despliega toda su tecnología y cosmogonía
esotérica, lenguas, escrituras, contacto con el “más allá”. Y de nuevo podemos
ver la separación de la polaridad sagitariana: amplitud y visión filosófica
integradora, que condujo a guerras y más separación.
Era de Tauro: Inició hacia el año
4000 hasta el 2000 a.C., se caracteriza, por
el profundo amor hacia la madre tierra. Este signo conoce las formas dentro de la
materia. Su lugar es la tierra, por eso la ama, la disfruta, la posee.
Conoce sus misterios y sus recursos y le rinde honores. El hombre concibe a la divinidad
como Toro, macho en occidente, (Buey Apis en Egipto) y como una Vaca
Sagrada en la India. En Creta por su parte le rinde culto a el Minotauro, en
América, África y Oriente surgen cultos fascinantes a la tierra, a lo femenino.
La opulencia y la materialidad se hacen presente en las cortes y en las formas
de vida, pero falta la profundidad, el compromiso, la pasión y la búsqueda de
la verdad propia, producto de la polaridad Tauro en Escorpio.
Pero gracias a esta polaridad,
surge la profunda preocupación y reflexión en torno a la muerte física y la
vida post-mortem y con ello surge el embalsamamiento, las cámaras sepulcrales,
entre otras. En la decadencia de la Era de Tauro predominó un materialismo
posesivo que llevó a sus culturas a la destrucción. Como aspecto
beneficioso de la era, se establecieron intercambios comerciales mediante
diferentes monedas. Al final de la Era, Moisés prohibió adorar al becerro de
oro, Tauro y comenzó el mito del cordero pascual.
Era Aries: Inició hacia el año 2000
hasta el nacimiento de Cristo, se
caracterizó por la belicosidad y el desarrollo de técnicas militares, los
ejércitos y en definitiva el cómo matar mejor. Las guerras, las conquistas, las
invasiones, el desarrollo de nuestros instrumentos, alimentaron esta era. Recordemos
que Aries es regido por Marte, el Dios de la guerra, según la
mitología. Se manifiesta la energía revolucionada de todo cuanto sucede en el
mundo. En este período aparece la deidad masculina: Jehovah del
judaísmo. Dios creador del Universo. Se ofrenda el carnero del
sacrificio. Aquí el principio masculino quedó nuevamente separado del aspecto
femenino suave e integrador de Libra, el signo opuesto.
Era de Piscis: Inició hacia el año 0
y se mantuvo hasta el año 2000, nos
enfrentamos a la regencia de Piscis, el signo del sacrificio y esta era dio
la bienvenida a Jesucristo y nos mostró el sacrificio de él por nosotros.
Se vive el sufrimiento por estar encarnado y el ansia por volver al estado
urobórico o eterno, al paraíso perdido. Los primeros cristianos tenían como
símbolo a dos pececitos colocados uno en sentido contrario del otro, lo que
representa la contradicción y oposición entre ciencia y religión, hombre y
mujer, occidente y oriente, materialismo y espiritualismo, entre otros. La multiplicación
de los peces y los panes simboliza la propagación de la enseñanza de Piscis y
Virgo.
Esta última constelación, Virgo,
está representada por una mujer con una espiga de trigo en la mano y, de ahí,
el pan, elaboración de los frutos de la madre virgen naturaleza. Por otro lado,
el símbolo de la virginidad de la madre del Cristo, símbolo presente en muchas
religiones, adquirió especial importancia en el período cósmico de Piscis. Existe
una separación de los aspectos materiales y prácticos de Virgo. Se
escapa, hay repugnancia por la materia y su pecado y surge el deseo de
Redención.
Era de Acuario: Inició en el 2000 y
aparentemente se mantendrá hasta el año 4000.
Entramos en la Era de Acuario. El aguatero es el único signo representado por
un humano adulto. Aquí la humanidad se reconoce como tal. Existe el sentido
unión, integración, igualdad de todos los seres, la experiencia de la verdadera
amistad y el uso de las facultades humanas superiores. El planeta regente de
Acuario es Urano, que dentro de la mitología griega es el Dios del Cielo. Está
representado por un rayo que surca el firmamento e ilumina. Esta es la facultad
del cuerpo mental superior, la inspiración, el conocimiento que viene
directamente de las dimensiones superiores de la conciencia.
Acuario sabe lo que es real. Su
visión es clara e incuestionable. Y sus ideales de perfección traen el sello
inequívoco de su percepción de esas esferas. Pero su gran desafío es la
implantación de esas ideas en el mundo de la materia. La cuadratura del
círculo: cómo encajar la perfección dentro de las limitaciones materiales de la
encarnación. En su afán de materializar estos ideales, Acuario puede
convertirse en terrorista, perverso y devastador. El fin justifica los medios.
Y este es el paisaje que tenemos ahora que la humanidad está ingresando en este
período.
Después de esto solo queda
juzgar, comprender que el mundo vive cambios energéticos profundos que estamos
vivenciando a diario. Los cambios de Era han conformado una lucha
interna en donde las fuerzas se mueven para hacernos elevar nuestra
conciencia y abrirnos las puertas de la siguiente dimensión. Como se ha visto,
el gran obstáculo vivido en la historia ha sido la separación de “la otra parte”.
Olvidamos demasiadas veces que somos un todo. Y que lo opuesto es la otra cara
de nuestra misma moneda, ocurrió en la historia, ocurre a diario en nuestra
vida personal e incluso se ve en el comportamiento de muchos de los que se
consideran de la nueva era.
Acuario ve la
humanidad como un todo. Valora los grupos,
funciona en comunidades, la globalización. El gran peligro es olvidar que
dentro de ese grupo existen individuos que deben brillar para no ser tragados
por el sistema. La polaridad de Acuario es Leo y su individualismo debe ser
vivido dentro del sentido de unión y fraternidad. El corazón
es el órgano regido por Leo, que ahora deberá brillar con genuina luz propia.
La gran búsqueda de este signo es descubrir su verdadera identidad divina.
Ese “yo” egocéntrico propio del
niño caprichoso, habrá de convertirse en el “YO SOY” pura consciencia y pura
luz, propia del hombre que se ha visto y ha visto a sus hermanos en su
verdadera dimensión espiritual. Pero que además asume su función y su trabajo
siendo el aguatero que lleva el agua en su comunidad para regar los ríos de la
vida, nutrir, ayudar y colaborar, como dice la Gran Invocación, con el plan
Divino para la raza humana sobre el planeta.
Este es el gran
desafío.
EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólogo y Vidente
CONTACTO:
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