01 de Noviembre: Día de Todos los Santos - Cartas Egipcias

domingo, 28 de octubre de 2018

01 de Noviembre: Día de Todos los Santos


"Gocémonos todos en el Señor,
al celebrar esta fiesta en honor
de todos los Santos, de cuya
solemnidad se alegran los Ángeles,
y ensalzan al Hijo de Dios".
                                                 


La Solemnidad…
La Iglesia nos manda echar en este día una mirada al cielo, que es nuestra futura patria, para ver allí con San Juan, a esa turba magna, a esa muchedumbre incontable de Santos, figurada en esas series de 12,000 inscritos en el Libro de la Vida, - con el cual se indica un número incalculable y perfecto, - y procedentes de Israel y de toda nación, pueblo y lengua, los cuales revestidos de blancas túnicas y con palmas en las manos, alaban sin cesar al Cordero sin mancilla.  Cristo, la Virgen, los nueve coros de ángeles, los Apóstoles y Profetas, los Mártires con su propia sangre purpurados, los Confesores, radiantes con sus blancos vestidos, y los castos coros de Vírgenes forman ese majestuoso cortejo, integrado por todos cuantos acá en la tierra se desasieron de los bienes caducos y fueron mansos, mortificados, justicieros, misericordiosos, puros, pacíficos y perseguidos por Cristo.

Entre esos millones de Justos a quienes hoy honramos y que fueron sencillos fieles de Jesús en la tierra, están muchos de los nuestros, parientes, amigos, miembros de nuestra familia parroquial, a los cuales van hoy dirigidos nuestros cultos. Ellos adoran ya al Rey de reyes y Corona de todos los Santos y seguramente nos alcanzarán abundantes misericordias de lo alto.  Esta fiesta común ha de ser también el nuestro algún día, ya que por desgracia son muy contados los que tienen grandes ambiciones de ser santos, y de amontonar muchos tesoros en el cielo.

Alegrémonos, pues, en el Señor, y al considerarnos todavía bogando en el mar revuelto, tendamos los brazos, llamemos a voces a los que vemos gozar ya de la tranquilidad del puerto, sin exposición a mareos ni tempestades. Ellos sabrán compadecerse de nosotros, habiendo pasado por harto más recias luchas y penalidades que las nuestras. Muy necios seríamos si pretendiéramos subir al cielo por otro camino que el que nos dejó allanado Cristo Jesús y sus Santos.

Los Santos…
La Sagrada Biblia llama "Santo" a aquello que está consagrado a Dios. La Iglesia Católica ha llamado "santos" a aquellos que se han dedicado a tratar de que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor. Hay unos que han sido "canonizados", o sea declarados oficialmente santos por el Sumo Pontífice, porque por su intercesión se han conseguido admirables milagros, y porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.

Para ser declarado "Santo" por la Iglesia Católica se necesita toda una serie de trámites rigurosos. Primero una exhaustiva averiguación con personas que lo conocieron, para saber si en verdad su vida fue ejemplar y virtuosa. Si se logra comprobar por el testimonio de muchos que su comportamiento fue ejemplar, se le declara "Siervo de Dios". Si por detalladas averiguaciones se llega a la conclusión de que sus virtudes, fueron heroicas, se le declara "Venerable". Más tarde, si por su intercesión se consigue algún milagro totalmente inexplicable por medios humanos, es declarado "Beato". Finalmente, si se consigue un nuevo y maravillosos milagro por haber pedido su intercesión, el Papa lo declara "santo".

Para algunos santos este procedimiento de su canonización ha sido rapidísimo, como por ejemplo para San Francisco de Asís y San Antonio, que sólo duró 2 años. Poquísimos otros han sido declarados santos seis años después de su muerte, o a los 15 o 20 años. Para la inmensa mayoría, los trámites para su beatificación y canonización duran 30, 40,50 y hasta cien años o más. Después de 20 o 30 años de averiguaciones, la mayor o menor rapidez para la beatificación o canonización, depende de que obtenga más o menos pronto los milagros requeridos. Los santos "canonizados" oficialmente por la Iglesia Católica son varios millares. Pero existe una inmensa cantidad de santos no canonizados, pero que ya están gozando de Dios en el cielo. A ellos especialmente está dedicada esta fiesta de hoy.


Esta es la voluntad de Dios: Que lleguemos a la santidad.
El Día de Todos los Santos es una celebración cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre en la Iglesia católica y el primer domingo de Pentecostés en la Iglesia ortodoxa. En este día la Iglesia celebra a manera de fiesta solemne a todos aquellos difuntos que, habiendo superado el purgatorio, se han santificado totalmente, han obtenido la visión beatífica y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios. Por eso es el día de «todos los santos». No se festeja, pues, sólo a los beatos o santos que están en la lista de los canonizados y que la Iglesia celebra en un día especial del año; se celebra también a todos los que no están canonizados pero viven ya en la presencia de Dios. Es frecuente que este día las grandes catedrales exhiban las reliquias de los santos.

La Iglesia primitiva acostumbraba a celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Frecuentemente, los grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de Diocleciano, el número de mártires llegó a ser tan grande, que no se podía separar un día para asignársela. Pero la Iglesia, creyendo que cada mártir debía ser venerado, señaló un día en común para todos. La primera muestra de ello se remonta a Antioquía en el domingo antes de Pentecostés. También se menciona este día en común en un sermón de san Efrén el Sirio en 373. En un principio, solo los mártires y san Juan Bautista eran honrados por un día especial.

Otros santos se fueron asignando gradualmente, y se incrementó cuando el proceso regular de canonización fue establecido; aún, a principios de 411 había en el calendario caldeo de los cristianos orientales una «Commemoratio Confessorum» para el viernes. En la Iglesia de Occidente, el papa Bonifacio IV, entre el 609 y 610, consagró el Panteón de Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dándole un aniversario. Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fijó el aniversario para el 1 de noviembre. Gregorio IV extendió la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX.

El Papa Urbano IV, fue quien creó este día para honrar a todos aquellos santos a los que no pudieron hacerlo durante el resto del año por los fieles de la religión católica. Aunque se han ido perdiendo un poco esta costumbre, en años pasados, dicha tradición era considerada como un día festivo, no laborable. En este día, las familias venezolanas acostumbran visitar a sus familiares difuntos en el cementerio para limpiar y mantener sus tumbas. Suelen decorarlas con flores como la flora de oro, el cempasúchil, además de colocar les velas y comida, manifestando respeto por ellos.

La Iglesia Católica identifica a los santos como aquellos que han dedicado gran esfuerzo para ayudar al prójimo sin ningún interés alguno. Para llegar hacer santo se debe que ser canonizado por el Sumo Pontífice, es decir, por el Papa, quien es el máximo representante de la religión católica, luego que se hayan expuestos milagros o actos inexplicables por la ciencia. Realmente este título necesita de un estudio profundo del estilo de vida de la persona con la finalidad de determinar si fue realmente ejemplar, y de esta manera ser declarado Siervo de Dios.

Seguidamente, si es partícipe de algún milagro científicamente inexplicable se declara como beato. Y luego si se conoce de algún nuevo milagro por el cual el santo haya intercedido, se declara por el Papa como Santo. Además de ser un procedimiento riguroso, el mismo puede tardar hasta más de 100 años de ejecución para la proclamación de un Siervo de Dios como Santo. Incluso se dice que existen muchos Santos que no han sido canonizados y que la celebración de este día es especialmente dedicada a ellos.

En Venezuela existen muchos santos a los que se celebra este día, un ejemplo de ello el doctor José Gregorio Hernández, el cual aún no ha sido canonizado, ni mucho menos declarado Santo por la iglesia Católica, pero según testimonios de personas, ha realizado innumerables milagros, sanando a enfermos sin que la ciencia tenga explicación alguna.


ORACIÓN:
Oh Dios, te proclamamos
el único admirable y el solo
Santo entre Todos los Santos.

Nos alegramos de celebrar
en este día la solemnidad
de Todos los Santos.

Ellos te ven cara a cara,
gozan de tu belleza y gloria,
y oran por nosotros,
peregrinos hacia el Cielo.

Concédenos por esa multitud
de intercesores caminar
alegres y guíados por la fe,
hacia la Jerusalén del Cielo,
donde ellos con su ejemplo
alimentan nuestra esperanza
e interceden por nosotros.

Señor Jesús: que cada uno de nosotros logremos formar también parte un día en el cielo para siempre del número de tus santos, de los que te alabaremos y te amaremos por los siglos de los siglos.
Amén.


EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólogo y Vidente
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