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| Escultura del Centauro Quirón del Parque Primo de Rivera, Zaragoza España |
Dentro
de la astrología existen una serie de sucesos que marcan patrones de conductas,
acciones y demás. Todo esto relacionado a ciertos planetas que definen dichas
particularidades en los hombres. Estos planetas que suelen tener una influencia
generacional se les llama Planetas
Espirituales o Transpersonales, también dentro de ellos, existe un
asteroide sumamente importante, cuya influencia también podría incluirlo entre
este selecto grupo. Cada uno de ellos, entre los que destacan Urano,
Neptuno
y Plutón
junto con el asteroide Quirón, son los encargados de definir ciertas
particularidades del hombre a nivel generacional. Todos ellos representan una
influencia sumamente poderosa para todos nosotros.
Por
un lado encontramos a Urano
desde Aries, Neptuno
desde Piscis y Plutón
desde Capricornio, pero ahora mismo, el asteroide Quirón será protagonista
de este suceso, pues, después de varios meses viajando en su peculiar tránsito
retrógrado, para retomar su viaje directo desde el signo de Piscis, un suceso
realmente fascinante que sucederá el 30 de noviembre a los 20º 40’ del signo de
Piscis. Un suceso que augura un período realmente fascinante y que comenzó el
08 de febrero de 2011 cuando el planeta ingreso directamente en este signo
mutable de agua, pero ahora, después de viajar retrógrado retoma su viaje
directo. Manteniéndose en un vaivén en el signo de Piscis hasta el año 2018
cuando se traslade al signo de Aries.
Como
sabemos Quirón representa aquella herida que nunca sanará, es aquella herida
social, racial, religiosa o incluso política con las que muchas de las minorías
deben aprender a vivir. Pero no solo representa eso, porque aun, a pesar de ese
viaje tan místico, también viene a curar otras tantas heridas. Es la
representación de lo que significa poder ayudar a los demás, haciendo en sí,
muy pocas cosas por nosotros mismos. Él representa la enseñanza, es el chamán,
el gurú, aquel maestro quien siempre logra encontrar lo mejor de nosotros
mismos. Durante su viaje por Piscis, la tendencia estará marcada por el
misticismo, la espiritualidad, la expansión con una totalidad mucho más compleja
que nuestra propia realidad como seres humanos. Cuando se da el mítico
encuentro entre este asteroide con el último signo del zodiaco, lo que se
despierta en nosotros es el área emocional, campo en el que deberemos trabajar
de manera constante. Debido a su naturaleza, ambos son incomprendidos pero aún,
bajo esta profunda incomprensión, el encuentro de ambos, nos recuerda que la
separación no puede ser el ideal existencial, sino la Unión.
Durante
el tiempo en que viaja Quirón por Piscis, las energías tendrán una tendencia
muy compleja, pues las fuerzas de ambos seres incomprendidos se manifestarán
con una complejidad que solo comprenderemos a través del autoconocimiento que
nos permita liberarnos de las heridas complejas de nuestro propio ser. Una de
las cosas que puede manifestarse es la capacidad de ser escurridizos y
escapistas, el deseo de huir de la realidad y de todo
aquello que nos permita vivir una realidad inventada, es parte de este suceso.
Puede que aparezcan algunas enfermedades mentales, esquizofrenia en la que el
paciente pierde el contacto con la realidad al igual que la histeria siendo
estas condiciones propias de origen pisciano.
A
lo largo de este viaje, surgen nuevas terapias, algunas puede que resulten
extrañas. Aparecen nuevas drogas que se terminan empleando para aplacar nuestro
dolor físico o emocional, llevándonos a escapar de la realidad. Esto nos
recuerda mucho a los años 60’s cuando el boom de la cultura hippie. Es un
momento en donde nos invitan a bucear en el reino acuático neptuniano,
contactar con nuestras propias emociones y desarrollar poco a poco, la
compasión y la misericordia. Es un momento en dónde las fuerzas se manejan bajo
dos tendencias, la misericordia por el otro y la capacidad de sacrificarnos.
Esto
nos recuerda la constante lucha espiritual que vive el mundo en donde las
fuerzas del sacrificio por otros se ve representada en la forma en cómo se
inmolan los seguidores de Alá, mientras que la misericordia la encontramos en
la forma en como estos sucesos impactan al resto del mundo haciendo que
sintamos compasión. Nos elevamos a las estrellas, porque, al igual que la
historia mítica de Quirón, la entrega su inmortalidad y vida a Prometeo, se
inmola por salvarlo, llevándonos incluso a la propia redención que nos eleva al
mundo de las estrellas.
Una
de las cosas esenciales que debemos trabajar, la que viene a ser nuestra herida
más profunda, tiene que ver en la fe y en el sentimiento de culpa,
expiotrarios, los cambios bruscos, la perdida de perspectiva y el estancamiento
espiritual. Debemos aprender a renunciar a todo esto. Una renuncia apropiada
que se ve reflejada por el viaje del Nodo
Norte por Virgo, quien nos motiva a generar un importante cambio en la
forma de como percibimos las cosas, el objetivo principal es trabajar la razón
por encima de las emociones. Quienes nos hieren son aquellos que envían una
gran marea de estados emocionales anímicos y tortuosos envueltos con sentido de
culpas, son aquellos que se identifican con las victimas saboteándolas y manipulándolas
para ocultar el miedo a la soledad.
Debemos
aprender a sanar a través de la renuncia de sí mismo para dar cabida al poder
del amor, sanando a través de los talentos individuales y a través de la
expresión de sí mismo, el soñador despierta al maestro interior, enseñándole a
tener fe en los procesos que el cosmos demuestra a través de la contemplación
de nuestra historia personal que se encuentra almacenada en el espíritu. Es una
complejidad que, el hombre entenderá a través del conocimiento interior, de su
propia historia, de su propia emoción. Con esto nos recuerda las cosas que se
han suscitado desde el año 2011 alrededor del mundo. Como sabemos Quirón
despierta minorías y se conecta con ellas generando, desde Piscis una poderosa
influencia salvaje y manipuladora que mueve al resto de los hombres.
Dicha
influencia la podemos ver en la forma en como se han venido uniendo las
minorías alrededor del mundo para poder luchar con sistemas establecidos, todos
movidos por ideales en donde las emociones juegan un papel fundamental.
Sobreponer la fe a la figura de ciertos hombres por encima de la propia razón.
La herida que debemos sanar tiene que ver con la renuncia, y el despertar de
nuestro maestro interior que nos lleva a generar cambios importantes en nuestra
vida y en el resto de los hombres.
El
sentido de individualidad se pierde y el deseo sublime por la unión, genera
cambios esenciales que nos ayudan a establecer un cambio esencial en nuestra
vida. Entendemos el sentido de humanidad como un todo, en donde tenemos que
trabajar con las minorías, que su voz sea escuchada. El nacionalismo exarcevado
de Estados Unidos corresponde a una minoría que ha creído en esta filosofía, se
unieron y su voz fue escuchada y el reflejo está en un presidente tan polémico
como Donald Trump, siendo este el ganador a pesar de tener pocos votos
populares. Quirón hizo click y generó el cambio, por otro lado, las fuerzas de
Ucrania, y la lucha contra su dictador, ahí también estuvo Quirón, haciendo
click.
Nuestro
afán por salvar a los demás, nos lleva a sacrificar nuestros propios deseos,
ejemplo de ello, han sido los hombres que se han inmolado por situaciones
religiosas en Medio Oriente y para no ir tan lejos, aquellos jóvenes que en
2014 salieron a luchar por el país sin importar nada más que Venezuela y
murieron. Ellos sacrificaron sus propios deseos por un bien colectivo,
universal. Nos vemos inmiscuidos a confundir ciertas cosas, lo real y lo irreal
forman parte de nuestro día a día y no nos muestran una imagen clara sobre lo
que queremos lograr, sobre aquello que buscamos hacer, que deseamos con ansias
para que podamos mejorar. Nos entregamos totalmente y adquirimos un miedo
terrible a la separación. El hombre consciente comprende que, cuando nos entregamos
en cuerpo alma y espíritu, no podemos separarnos, porque el alma se conecta y
esa conexión se eleva y nos genera una angustia suprema, saber que la
separación puede estar sobre la mesa.
Este
es el momento en donde el poco ego perderá fuerza y lo espiritual predominará,
gracias a la fuerte influencia de Neptuno
desde Piscis. Nos ponemos en contacto con el dolor de ser humano. Con la
toma de consciencia de lo magnífico y lo limitante de nuestra humanidad.
Neptuno a su vez, nos confrontará con el resultado de nuestras creencias y lo
que llamamos religión, y el efecto que esto tiene en nuestro entendimiento de
la vida. Realmente debemos comprender la división entre lo divino y lo humano y
la importancia de abrazar los dos conceptos para poder ser felices.
Es
el momento en donde seremos más conscientes de nuestras creencias, nos vemos
involucrados en un cambio en donde el concepto de mente toma un gran apogeo por
encima de cualquier cosa. Recordemos que Quirón curaba con hierbas, enseñando a
vivir en paz con uno mismo, haciéndonos cargo de esa herida, que muchas veces
parece una realidad pero no es más que una ilusión de una separación que puede
o no haber ocurrido. El mundo ha dado una mirada compasiva a la ayuda a través
de las emociones, del cambio espiritual y del crecimiento espiritual, que solo
se logra, a través del cambio espiritual en donde el hombre, por fin, reconoce
que necesita crecer y evolucionar pero solo se logra, cuando nos entendemos
como seres espirituales y mentales.
Nos
enfrentamos a un momento en donde la fuerza espiritual se manifiesta y en donde
el hombre deberá saber manejar todo lo relacionado con su evolución,
crecimiento y espiritualidad. Conectarnos en un nivel macro con el resto del
universo, servirá para que podamos generar cambios importantes en nuestra vida.
El mundo ha crecido y seguirá evolucionando. Estamos enfrentado a un cambio, a
una evolución esencial en donde las fuerzas del ser humano seguirán creciendo
generando así un cambio esencial que nos prepara para el siguiente ciclo
zodiacal de Quirón. Es el momento de liberar los miedos y evolucionar.
EDUARDO
LUZ
Tarotista
y Vidente
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