¿Por qué cuando niños éramos
tan confiados y ahora no?
Vivimos en un mundo tan convulso, día a día
pasan cosas que nos aceleran, nos transforman. Vivimos momentos en donde, todos
los días pasan cosas nuevas a las cuales todos nosotros nos debemos adaptar.
Día a día pasan cosas que nos enseñan, que nos motivan y nos obliga a hacer
cosas que a veces nos gusta y otras, simplemente no. Estamos en los tiempos más
convulsos y acelerados de la humanidad. Sentimos que surfeamos con gran
estilo los acontecimientos que nos golpean diariamente.
Pero, en todo esto recae un tema esencial, un
tema que mueve y nos obliga a confrontarnos frente al espejo, es un sube y baja
de emociones que nos motiva, que nos obliga y que incluso, nos transforma. Somos
seres tan complejos y a veces, tan etéreos, que muy pocas veces sabemos
que hacer y qué no. Es ahí en donde la esencia de nuestro ser se reconoce
fácilmente y es ahí en donde mostramos una parte de nosotros que muy
difícilmente logramos enseñar.
Todos estos acontecimientos nos obligan a
replantearnos la concepción de confianza que podamos poseer. El mundo está tan
movido, que, en algunos lados, unos refuerzan la confianza en sí mismos,
y otros, simplemente se dejan agobiar por el tumulto de acontecimiento que se
viven, sin tener una visión clara y contundente de las cosas que se quieren
lograr.
Es
ahí en donde recae la premisa… ¿Confías en ti?
Muchos han perdido, en cualquier momento, la
confianza en sí mismos. Muchos se han dejado llevar por los acontecimientos tan
reales pero a la vez, tan ficticios por los cuales atraviesa la humanidad.
Muchos hemos dejado de sentir la seguridad que una vez, cuando éramos niños,
solíamos poseer. Fuimos creciendo, nos fuimos adaptando a una vida de
adulto que, si bien ha sido difícil, nos ha arrebatado muchas cosas en esencia,
de lo que significaba ser niño, ejemplo de ello, es la confianza que podemos
poseer.
¿Cuántas veces no aseguramos
tantas cosas? ¿Cuántas veces no desafiamos a tantos? Los
niños por naturaleza son de esencia y espiritualidad rebelde, la confianza es
solo la integración racional de esa idea de rebeldía. Ellos juran y juran
muchas verdades, en ocasiones mentiras, pero son tan confiados que logran
hacernos creer, e incluso, dudar. Para ellos no existe la desconfianza, quizás
el miedo, pero de igual modo siguen siendo confiados. Lo triste de todo, es que
fuimos creciendo, creciendo y creciendo y la vida de adultos, nos robó esa
confianza, e incluso, nosotros como adultos, terminamos robando la confianza en
muchos niños que ahora están creciendo.
Estamos condenando a nuevas generaciones a
perder la confianza que una vez tuvieron, estamos condenando a que sean adultos
desconfiados de sí mismos y con infinidad de miedos que no les permita lograr
sus cometidos, personales y colectivos. Vivimos situaciones difíciles, el mundo
es una vorágine de acontecimientos difíciles, pero más difíciles se hacen las
cosas cuando dejamos de confiar en nosotros mismos. Muchos hemos crecido y nuestra
confianza se ha perdido y hemos dado paso a la inseguridad y los
miedos, hemos dado paso a nuevas tendencias que lo único que hacen es daño.
Debemos iniciar una búsqueda, buscar dentro de
nosotros mismos ese niño que hemos perdido, buscar esa confianza tan rebelde
que nos hacía asegurar muchas cosas e incluso, nos llevaba a desafiar a muchos,
porque estábamos seguros de lo que decíamos y hacíamos. Éramos tan ingenuos y creíamos
que el mundo podría estar a nuestros pies. Es momento de que evaluemos
bien lo que hacemos y recobremos con mucho talante, cada parte de esa confianza
que se ha ido perdiendo a medida que íbamos creciendo. Ahora es el momento de
recuperarla.
Los momentos están dispuestos para que siempre
encontremos personas que nos hagan perder la confianza, el bullying, el maltrato psicológico, en conclusión, infinidad de
cosas han venido para demostrarnos cuales son los verdaderos demonios con los
cuales se deben luchar. Ya no son demonios espirituales, sino al
contrario, son demonios físicos, que terminan por dañar nuestro mundo
espiritual. Hemos escuchado a muchos decaer, perder la confianza en sí
mismos y perderse en la maraña de sublimes acontecimientos que surgen en el día
a día de todas las personas.
Nos
encontramos con una lucha constante por sobrevivir a nuestros propios miedos,
nos enfrentamos a una lucha por sobrevivir al hecho de existir. Pero, ¿Qué
sería la existencia sin miedos? El simple hecho de existir implica
muchas cosas, pero una de ellas, es la confianza. La confianza y la seguridad
es la encargada de hacernos libres, es la que nos muestra el camino hacia el
cambio, la liberación, la transformación, es la que se encarga de ayudarnos a
ver con ojos claros, lo que somos capaces de hacer y lo que no.
Cuando somos capaces de confiar en nosotros
mismos, la gente de nuestro entorno puede ver eso, se motivan y se llenan de
energía. Ya que nosotros expedimos un campo energético
realmente interesante, porque nosotros conectamos nuestra vibración a las más
altas esferas de la conciencia y la espiritualidad. Nos volvemos seres conscientes,
pero a la vez supra conscientes de lo que somos capaces de hacer y el que nos
rodea dirá: ‘sí él fue capaz de hacerlo, yo también puedo’.
Es ahí en donde se crea la onda expansiva de
la confianza individual, la cual se transforma posteriormente en la confianza
múltiple. En cambio, cuando mostramos desconfianza en nosotros mismos, mostramos
inseguridad, la onda se expande, pero el mensaje que recibe quien está rodeado
de nosotros no es tan positivo y nadie terminará confiando en nosotros.
Debemos, pues saber manejar dicho aspecto, enfocarnos en lo realmente importante y
positivo y dejar de lado lo negativo que no tiene nada importante que
ofrecernos a nosotros como seres elevados espiritualmente.
Ya les he contado, que esto es un viaje
místico hacia la evolución, cada palabra, cada cosa, cada tema del que hablo,
forma parte de un proceso evolutivo que cada uno de nosotros debemos saber
manejar muy bien. Por esa razón, la confianza es una de las cosas más
importantes de este proceso de evolución. Es imperativo que iniciemos esa búsqueda
interior, que conectemos cada arista, cada punto y logremos concretar
nuestro camino hacia el despertar de la conciencia. Debemos saber manejar cada
palabra que decimos y cada acción que hacemos.
No olvidemos que todo ello terminará por
demostrar quienes somos realmente, así que, sí hacemos todo con seguridad y
confianza plena, terminaremos por alcanzar cosas realmente magnificas que nos
permitan evolucionar hacia lo que queremos y deseamos. Es momento de cambiarnos
el chip, es momento de transformar y mejorar las cosas que ocurren en
nuestro camino, es el momento ideal para que evaluemos con ojos calmados, lo
que día a día sucede en nuestro entorno. No olvidemos que somos seres elevados,
y como seres elevados, debemos conectarnos con todos los puntos esenciales de
la evolución.
Es momento de creer en nosotros, es momento de
vernos al espejo y sentirnos confiados de lo que somos y de lo que hemos logrado.
Sentirnos bien con nuestro físico, nuestras emociones, es hora de que sintamos
paz y sobretodo muchísima armonía. Debemos confiar en nosotros y en lo que
hacemos, pero sin dañar a nadie, recordemos que lo importante de todo
esto, es trabajar las cosas de manera individual para que más adelante tenga su
repercusión a nivel colectivo. Pero los grandes cambios se inician con pequeños
pasos.
¿Confías en ti?
Mírate en el espejo, detalla cada cosa que hay
enfrente de ti. ¿Ves? Eres tú, simplemente tú. Ahora habla contigo, dile a él
todo lo que no te gusta, dile a él cuáles son tus miedos, desahógate, pero
luego, has como haces con todo el mundo: dale consejos. Háblale de lo capaz que es para
poder alcanzar lo que quiere, así como lo haces con los demás, es hora
de que lo hagas contigo mismo. Porque es momento de que confíes en ti, creas en
tu trabajo, en tu esfuerzo, en tu manera de luchar por alcanzar lo que quieres.
Es el momento ideal para que inicies el proceso hacia la autoconfianza que nos
permita lograr lo inalcanzable.
Medita un poco y nunca dudes
de ti.
Eres capaz de alcanzar hasta lo inalcanzable.
Simplemente necesitas confiar y creer más en ti. Así como lo hacen los niños,
así mismo tienes que hacerlo tú.
Confiemos.
EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólogo y Vidente
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