Dentro del sistema, día a día ocurren
cosas maravillosas, cosas que nos muestran un mundo realmente impresionante y
maravilloso. Nos muestra cuán pequeños podemos ser nosotros, ante la inmensidad
de las cosas y como están pueden terminar por embriagarnos. Kant,
el filósofo alemán decía que el goce estético y el placer solo se alcanzan a
través de la naturaleza. Y efectivamente es así. Hay miles de cosas
dentro de nuestro sistema que nos termina fascinando, que nos termina agobiando
y generando en nosotros un goce estético que va más allá de lo meramente
racional y real.
Es algo que trasciende en los
sentidos, es algo que conmueve, mueve y transforma nuestro camino. Todo esto
nos lleva a experimentar sensaciones y emociones totalmente extrañas, que nos
motiva y nos llena de vida. Nos recuerda que somos un sistema contenido
en otro sistema y que todos nosotros nos alimentamos de esa energía
universal que deviene del mismo centro de la galaxia. Cosa que termina siendo
realmente fascinante.
No olvidemos que en el cielo todo se
sigue moviendo, día a día hay cosas que realmente fascinan, impactan y
emocionan. Por eso, este 04 de octubre tendremos uno de los
acontecimientos más maravillosos de todos. Quizás, esta Lluvia de Estrellas Oriónidas
es una de las más fascinantes después de la Lluvia de Estrellas Perseidas.
Dicho acontecimiento tendrá una
duración que va desde el día 04 de octubre hasta el 14 de noviembre teniendo una fecha
de máxima de actividad el día 21 y 22 de octubre. Esta lluvia
de meteoros es una actividad moderada. Son meteoros de velocidad alta que
radian de la constelación de Orión, el cazador. Es quizás una de las
constelaciones más reconocidas mundialmente por ser visible en ambos hemisferios. Cabe destacar que la declinación (+16º)
próxima al Ecuador Celeste, permite su observación desde todo el globo.
El color de estos meteoros es de un
verde amarilloso, los cuales son formados por partículas grandes que generan
trazos persistentes. Algo muy peculiar de estas estrellas Oriónidas es que, el
cuerpo progenitor de estas es el cometa 1P/Halley, es decir, uno de los
cometas más conocidos, cuyo último paso tuvo lugar en el año 1986. Este cometa,
periódico
da lugar a otra lluvia de meteoros de actividad moderada, es decir, a
las famosas Acuáridas que tienen lugar cada año hacia el mes de mayo.
A nivel de historia, al principio,
eran llamadas estrellas fugaces, y los meteoros fueron asociados al cometa
Halley en el año 1800. El entomólogo, Edward C. Herrick durante el mes de octubre
de 1939 y 1940, realizó observaciones de esta peculiar estrella fugaces.
Y dichas observaciones astronómicas se publicaron en la American Journal of Sciencia. Lo peculiar de todo es que Herrick,
no era astrónomo, ni nada que se le relacionará, fue un bibliotecario y luego
tesoreros de la Universidad de Yale. Cabe destacar que la siguiente lluvia de
estrellas Oriónidas fueron documentadas por primera vez por el astrónomo
Británico Alexander Stewart Herschel.
Las actividades peculiares de esta
lluvia se centran en la zona, en las que aparentemente, son más radiantes y nos
referimos a la constelación de Orión y a la constelación de Géminis. Cabe
destacar que esta lluvia ha llegado a alcanzar la velocidad de casi 67
kilómetros por segundo, es decir, 240.840 km/h. algo muy característico pasó en
el año 2007 cuando se produjo un pico de 70 meteoros por hora, basada en la
tasa horario cenital.
Luego, dos años después, es decir, en
la mañana del 21 de octubre de 2009 se produjo una cantidad de 45 meteoros por hora
y se mantuvieron durante dos días en forma sostenida. El evento
astronómico tuvo gran repercusión y los vídeos de aficionados y profesionales
fueron publicados automáticamente en los blogs y redes sociales del momento.
Debemos simplemente aprovechar esta
oportunidad y observar con detalle todo lo que ocurre. Aprovechar esta lluvia de
estrellas para limpiarnos, purificarnos y liberar las tensiones. Es un
momento de energía renovada, en donde, el universo, el sistema nos envía desde
su centro más primigenio y oscuro, bendiciones en forma de pequeños destellos
de luz que debemos saber aprovechar. No es momento de agobiarnos, es el momento
de aprovechar estas luces y de abrirnos a un período de iluminación espiritual,
mental y energética que nos permita lograr cosas positivas a nivel interior y
que esta se termine proyectando hacia el exterior. Es un acontecimiento
realmente fascinante, cuyo esplendor lo veremos entre la noche del
20 y la madrugada del 21 de octubre. Así que debemos estar muy
pendientes.
Como es habitual en estos eventos
astronómicos no será necesario equiparse de ningún instrumento especializado
para observar la lluvia de Oriónidas, sino que podrán visualizarse directamente
sin intermediarios. Eso sí, como siempre, es recomendable alejarse todo lo posible
de la contaminación lumínica de las ciudades y buscar un lugar tranquilo y
oscuro donde sea visible todo el cielo.
EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólogo y Vidente
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