Dentro de la cultura Celta existe
una serie de festividades que se desarrollan a lo largo de todo el año, el cual
corresponden a la Rueda del Año, un
instrumento que ellos usaban para medir el tiempo entre una y otra
festividad que se desarrollaba. Estas festividades tienen una poderosa
relación con aquello sobre el misticismo, la transformación y el cambio que se
puede vivir en la vida y en todo lo que hay en nuestro entorno. Entre las
festividades que forman parte de esta rueda, encontramos Samhain, Yule, Imbolc, Ostara,
Betane, Litha, Lughnasadh, Mabon, todas ellas forman parte de esa rueda
de piedra en donde se especificaba la fecha de cada festividad tanto para el
hemisferio sur, como para el hemisferio norte.
Ahora bien, teniendo en cuenta
esto, cada 01 de febrero se celebra en el Hemisferio
Norte, la festividad de Imbolc,
mientras que en Hemisferio Sur, se
celebra la festividad de Lughnasadh,
sucesos importantes dentro de la cultura
celta. Cada uno de ello, tiene que ver con la fertilidad, el fin de ciclos y el
inicio de otros nuevos. Estos festivales son considerados en los tiempos más
recientes como el festival del fuego, uno de los ocho días festivos, cuatro
solares y cuatro lunares, o Sabats de
la rueda del año neopagano.
Imbolc (Hemisferio
Norte):
Se asocia convencionalmente con
el 01 de febrero aunque realmente el festival celta comienza el 31 de enero en
los tiempos más recientes la ocasión ha sido generalmente celebrada por los
paganos modernos hacia los días del 01 y 02 de febrero. Algunos neopaganos
relacionan esta celebración con el punto medio entre el Solsticio de Invierno y el
Equinoccio de Primavera que actualmente se celebra el 4 y 5 de
febrero. La evidencia de que Imbolc se celebraba se deriva de las
colecciones de folclore hechas durante el siglo XIX y principios del siglo XX
en Irlanda y Escocia, además de estudios comparativos de costumbres similares
en Escandinavia.
Como otros festivales del
calendario celta en la tradición irlandesa,
Imbolc se celebraba el 1 de febrero lo cual marcaba el comienzo del día de
acuerdo con las costumbres celtas. El festival se asocia principalmente con la
llegada del periodo de lactancia de las ovejas, aprestas a dar a luz en
primavera. Esto puede variar hasta dos semanas antes o después del comienzo de
febrero.
El nombre en el lengua irlandesa
significa “en el ombligo” (i mbolg),
refiriéndose a la gestación de las ovejas, y es también un término celta para
primavera. Otro nombre es Oimelc, que
significa
“leche de ovejas”; significa también Brígida que se refiere a la diosa
celta de la metalurgia en cuyo honor el día es sagrado. La festividad es una
fiesta de luz, reflejando los días cada vez más largos y la esperanza de la
primavera. Tradicionalmente se iluminan faroles en los frentes de las casas
por unos cuantos minutos, y en los rituales a menudo se usan muchas veladoras.
En la Wicca se celebra una variación de Imbolc como uno de los cuatro festivales de fuego, que forman parte
de los ocho aquelarres (sabbats) de
la Rueda del Año. Imbolc se celebra
entre Yule, Solsticio de Invierno
y Ostara Equinoccio de Primavera. El punto medio astrológico preciso en
el hemisferio norte es cuando el Sol alcanza quince grados de Acuario. En el
hemisferio sur, el comienzo de la primavera es en el punto medio de Leo. En la Wicca diánica, Imbolc, también conocido como Candelaria, es el tiempo tradicional
para las iniciaciones. En otros estilos de Wicca
es
momento para rededicaciones y promesas para el año venidero. Ésta
festividad está relacionada también con la leche, por lo que es tradición comer
queso y productos lácteos, y beber leche.
Lughnasadh
(Hemisferio Sur):
Cada año, el día 01 de Febrero se
celebra la festividad pagana del Lammas.
Es considerado una fiesta tradicional de la cosecha, cuyo origen se establece
en la cultura Celta. Este acontecimiento también es conocido como Lugnasad, el cual se celebra el mismo
días en los países anglosajones y en las religiones de revival celta y neopagano
como el wicca. En la época medieval esta
festividad era conocida como “Gule of August”, pero hasta ahora el
significado de gule es totalmente
desconocido para muchos. Es importante señalar que las palabras Lammas proviene la antigua expresión
inglesa hlaf-Maesse, que se traduce
como “masa de pan”. Cuando todo esto se originó, cada 01 de febrero las
reuniones y las ferias eran cosas frecuentes en el hemisferio sur, recordemos
que esta festividad se celebra el 01 de agosto en el hemisferio norte.
Lammas
y Lugnasad son celebraciones que se llevan a
cabo en áreas distintas pero que guardan una estrecha relación. Esta
festividad es considerada como una de las más importantes en el calendario
medieval irlandés entre los que se encuentra la festividad de Imbolc que se lleva acabo a comienzo de
febrero, Baltane el primero de mayo y
Samahain en octubre. Como sabemos el
calendario celta estaba basado en los ciclos de la Luna, el Sol y la
vegetación, por lo que las fechas del calendario actual son realmente variables.
El
Lugnasad, marca el comienzo de la época de cosechas, la maduración de las
primeras frutas y fue tradicionalmente un tiempo de reunión de la
comunidad, ferias, carreras de caballos, y reuniones con familiares y amistades
distantes.
Para el caso de los irlandeses,
este es el período de los famosos handfastings,
es decir, para las bodas – matrimonios, de pruebas que solían durar alrededor
de un año y un día, con la opción de finalizar el contrario antes del nuevo año
o formalizarlo de manera permanente. Era una festividad única que nos incitaba a
sincerarnos y a mostrarnos tal cual éramos. Según cuenta la historia el
Lugnasad fue iniciado por el Dios Lugh, como una fiesta funeraria y juegos
en donde se conmemoraba a su madre adoptiva, Tailtiu quien murió de agotamiento después de despejar las llanuras
irlandesas para la agricultura. Se dice que esta festividad nos motiva a
establecer declaraciones de paz y amor. Es el momento ideal en donde las fuerzas de
la energía por el sacrificio y el amor empiezan a dar sus frutos para
hacernos cada vez más fuertes y llenos de energía única y renovadora.
Esta festividad, nos invita a que
comencemos a cosechar lo que hemos sembrado a lo largo de los últimos meses y
nos recuerda que pronto, los días de verano llegarán a su fin. Por otra parte,
la
emoción, el deseo y la magia se conjugan en una cosmovisión única en
donde debemos poner toda nuestra energía para renovar todo lo que hemos estado
dejando a un lado, ya que de lo contrario podríamos terminar en serios aprietos.
El mundo natural empieza a crecer a nuestro alrededor, como un recordatorio
único de que todo morirá pronto. El deseo y la pasión, el sentimiento
consciente de que todo morirá pronto reposa en un lado de nuestro
corazón y nos lleva a ver las oportunidades como la gran salida que necesitamos
para cambiar y mejorar lo que tenemos.
Es un momento en donde lo
esencial se convierte en algo tan esporádico que nos recuerda que somos simples
viajeros en esta vida. Por eso, esta festividad nos invita a celebrar la vida,
el amor, el nacimiento, el placer y los alimentos, así que celebremos este día
regalando una fruta, un pan, dando bendiciones ya que todo esto terminará
por representar las abundancias que poseemos y que iremos alcanzando
diariamente. Son muestras de agradecimiento que nos recuerdas que las
habilidades, las capacidades y los logros se pueden alcanzar con un poco de
paciencia, amor y una dosis de seguridad. Estamos ante un momento en donde nos
debemos dar cuenta qué ha sido lo mejor que hemos cosechado y lo qué dejaremos
al mundo.
EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólogo
y Vidente
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