La fiesta del 10 de agosto es,
desde siempre, muy sentida por los florentinos. Este día está vinculado, en
todo el mundo, con San Lorenzo, príncipe de los mártires y diácono romano. En
Florencia está dedicada, concretamente, a la Basílica de San Lorenzo, construida
en el siglo IV como sede episcopal y que, después, los Médicis eligieron como
su mausoleo. En el Medioevo, la Basílica era un importante centro de poder,
incluso político, tanto que, el 10 de agosto, los florentinos celebraban una
importante procesión entre “Santa Maria del Fiore” y la Basílica de San
Lorenzo, donde los Consejeros de la Corporación de los Mercados, el Procónsul y
los Cónsules de todas las corporaciones ofrecían cirios.
La ceremonia empezaba con la misa
que celebraba el prior en San Lorenzo, donde se exponían al público las
reliquias del Santo. Durante el día, se celebraba otra función religiosa en la
que se bendecía a Florencia delante del defensor de la ciudad. En el siglo
XVII, el gobierno de los Médicis construyó, al lado de la basílica de San
Lorenzo, la Capilla de los Príncipes, para conmemorar la estrecha relación
entre esta familia y la Basílica. Después de la construcción de las Capillas de
los Médicis (Cappelle medicee), se convirtió en una costumbre, incluso con los
Lorena, que, el día de San Lorenzo, el pueblo las pudiera visitar. Además, el
gobierno, después del Gran Ducado, hasta el siglo XIX, organizaba en este día
una carrera de caballos desde calle San Gallo hasta Borgo San Lorenzo. Los
ciudadanos con más responsabilidades en la organización eran los panaderos, ya
que vivían y trabajaban en la zona de la Basílica del Santo. Éstos, además,
estaban asociados a la compañía de San Lorenzo de los Panaderos.
La asociación organizaba para
este día la distribución de los panes benditos y, por la tarde, un atracón de
sandías, con el que se terminaba la fiesta. El día de San Lorenzo era, además,
muy sentido también en los alrededores de Florencia, sobre todo en la cartuja
florentina del Galluzzo, que tiene una iglesia dedicada al Santo y que, el 10
de agosto, promovía una alegre fiesta de verano. San Lorenzo era, para
Florencia y los alrededores, no sólo una fiesta religiosa, también era política
y popular, era el símbolo de la unión entre clérigos, laicos y gobierno. Hoy,
para la fiesta de San Lorenzo, las diferentes ceremonias de la Basílica están
acompañadas del Desfile Histórico Florentino. Se celebran, además, una serie de
conferencias y visitas guiadas gratis en los espléndidos lugares de San Lorenzo
para reflexionar sobre las antiguas tradiciones florentinas.
El emperador Valeriano prohibió
en Roma el culto al cristianismo. Persiguió y asesinó a muchos y muy conocidos
representantes de esta religión como el Papa Esteban I, a quien mandó degollar
en su propia silla pontificia. También decapitó al Papa Sixto II y asesinó a
otros obispos y diáconos, entre ellos el propio San Lorenzo. Según cuenta la
leyenda citada por el obispo y teólogo Ambrosio de Milán, San Lorenzo se
encontró con el Papa Sixto II en su camino al martirio y le preguntó: "¿A
dónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿A dónde te apresuras, santo padre, sin
tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y
ahora deseas hacerlo sin mí?". A lo que el santo padre respondió: "En
tres días tú me seguirás".
Según cuenta la leyenda, en el
momento de su muerte San Lorenzo exclamó en latín: "Assum est, inqüit,
versa et manduca", que en español significa: "Dadme la vuelta, que
por este lado ya estoy hecho".
ORACIÓN
Glorioso
santo san Lorenzo
fortísimo
mártir de Jesucristo,
cuya
misericordia y compasión con los pobres,
te
granjeó la confianza del Pontífice,
y
te puso en las manos los tesoros
que
en la iglesia se guardaban
para
el socorro de los necesitados y mendigos;
¿de
qué medio más eficaz puedo valerme
para
apremiarte a socorrerme,
que
recordarte aquella alegría y aquel gran gusto,
que
sentía tu corazón al extender el brazo
para
dar al pobre su socorro?
Mayores
son las riquezas
que
ahora tienes en tus manos,
y
grande y urgente es mi necesidad,
por
ello a ti acudo con humilde confianza
¿Por
qué no has de darme el consuelo
y
la gloria de socorrer mi necesidad?,
alarga
tu mano y dame santa caridad
para
resolver mis apremiantes penurias:
(hacer
la petición)
Espero
me presentes en el tribunal de Dios
como
uno de los más fieles
y
más necesitados de los pobres
y
me alcances de su misericordia
el
remedio de mis angustiosas necesidades.
Santo
mío, bendito Lorenzo,
ilumina
mi entendimiento
para
que vea la luz clara de la verdad
y
mi voluntad encendida,
para
que la ame y la abrace
y
no la deje por toda la eternidad.
Santo
glorioso Lorenzo,
mira
mi alma tan pobre de virtudes
y
cargada de faltas y culpas,
y
alcánzame de Dios el socorro de su gracia,
y
así poder aparecer en su presencia
Amén.
Rezar
tres Padrenuestros,
tres
Avemarías y tres Glorias.
EDUARDO LUZ
Tarotista, Astrólogo
y Vidente
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